Nadie quiere pensar o planificar su propia muerte, y es especialmente difícil para los jóvenes planificar algo que se siente tan lejos. Muchos de la generación del milenio (milenarios, o “millennials”) no sienten la necesidad de un plan patrimonial porque son jóvenes, no están vinculados legalmente y no tienen hijos, y prefieren gastar su dinero en cosas que pueden beneficiarlos aquí y ahora. Este tipo de pensamiento no solo es incorrecto, sino que también puede crear problemas importantes en el caso de una muerte o incapacidad inesperada. Aquí hay tres ideas falsas comunes que los milenarios tienen sobre voluntades que deben resolverse:
Concepto erróneo # 1: “La planificación patrimonial es un problema para mis cincuentas.”
Muchos milenarios creen que no tienen que preocuparse por la planificación del patrimonio hasta que se acercan a la mediana edad. Esto es especialmente cierto para los milenarios solteros sin hijos o herederos directos. Sin embargo, la mayoría de los milenarios individuales todavía tienen autos, apartamentos, cuentas bancarias, mascotas y activos virtuales (cuentas de redes sociales, iTunes, etc.) que deberán ser atendidos de una forma u otra. ¿No sería bueno dejar estas valiosas posesiones a alguien que amas y en quien confías?
Para los milenarios casados, la situación puede ser más grave. Muchas parejas jóvenes tienen cuentas bancarias separadas y han optado por no retitular las cuentas bancarias a sus nombres conjuntos. En esta situación, sin un poder notarial para permitir que un cónyuge actúe en nombre del otro en situaciones financieras, acceder a cuentas bancarias separadas y otras tareas como pagar facturas se vuelve difícil cuando la mayoría de los activos están a nombre de la persona que fallece o se vuelve incapaz de actuar por su cuenta.
Concepto erróneo #2: “Mi familia se encargará de eso.”
Un testamento no es solo para usted, también es para su familia. Algunos milenarios suponen que sin una última voluntad y testamento, las pertenencias se dejarán a sus padres. Si bien esto suele ser cierto, sus padres aún tendrán que pasar por un proceso de sucesión (probate), del cual no deberían preocuparse durante un momento tan difícil. Muchos milenarios tampoco se dan cuenta de la cantidad de tareas y decisiones que enfrentan sus familias en caso de muerte o incapacidad, como los arreglos funerarios, la ubicación y la herencia de los activos, y cómo manejar las cuentas de las redes sociales.
También es importante para los milenarios recordar que las deudas de préstamos estudiantiles, deudas de tarjetas de crédito y otras obligaciones financieras no desaparecen cuando una persona muere. Por lo tanto, los miembros de la familia pueden ser directamente responsables de pagar esta deuda si firmaron conjuntamente un préstamo o fueron nombrados en una cuenta bancaria conjunta. Afortunadamente, un plan patrimonial puede disminuir el impacto negativo que la deuda financiera puede tener en la familia.
Concepto erróneo #3: “Las últimas voluntades y testamentos están escritos en piedra.”
Los milenarios olvidan que los testamentos no son definitivos hasta que morimos, y como resultado, son reacios a tomar decisiones importantes basadas en factores que probablemente cambiarán. Las últimas voluntades y testamentos están destinados a reflejar nuestros valores, y pueden revisarse y actualizarse a medida que estos valores, sentimientos y relaciones familiares evolucionan.
La información de este artículo se ofrece solo con fines educativos y no constituye asesoramiento jurídico. Para obtener ayuda específica, consulte con un abogado autorizado en su jurisdicción.